Los medios de comunicación en tiempos de crisis: #EnElAire en Maracaibo

Sobre la palabra “crisis”

“En las grandes crisis, el corazón se rompe o se curte”
Honoré de Balzac

La mayoría de l@s venezolan@s, desde hace unos cuantos años, vivimos en el marco de una “crisis”. Yo nací en los ochenta, y desde que tengo uso de razón, la palabra “crisis” siempre ha formado parte del contexto familiar, social y laboral.

La palabra crisis está en enclavada en nuestro subconsciente; pero la crisis en los medios de comunicación, y más específicamente en la radio local es una realidad, que tiene aristas muy diversas y ángulos muy espinosos de abordar:

* La legislación
* La formación
* La politización
* La “prostitución”

Existen no pocas lagunas sobre el ejercicio de la radiodifusión en Venezuela; y desde la entrada en vigencia de la Ley Resorte (ahora Resortemec), y con el surgimiento de la figura de los medios comunitarios, se han producido cambios que han impactado el panorama del ejercicio de los comunicadores sociales titulados y certificados para la locución comercial.

Legalmente, solo los locutores certificados están facultados para hacer anuncios comerciales y mencionar marcas de productos y servicios. El certificado de locución no se le confiere exclusivamente a comunicadores sociales. Puede ser también otorgado, previa aprobación del respectivo curso, a profesionales de cualquier área, con título universitario o de técnico superior. El certificado de locutor profesional sólo lo otorgan tres instituciones universitarias en el país: la Universidad Central de Venezuela, la Universidad “Francisco de Miranda” y la Universidad del Zulia.

En teoría, sólo los locutores certificados tendrían las credenciales para el ejercicio comercial de la radiodifusión, pero los escenarios son otros. La Ley Resortemec incluye en su articulado y reglamento el llamado Registro de Productores Nacionales Independientes (PNI), que promueve la democratización de los espacios en los medios de comunicación, otorgándole a cualquier persona natural o jurídica que demuestre ejercicio de cualquier índole en el medio audiovisual en los últimos dos años, la facultad legal para poder proponer proyectos e insertarse en la programación de cualquier emisora de radio. Para este registro, no es necesario poseer título de comunicador social, ni mucho menos contar con certificado de locución profesional. Las emisoras de radio están además obligadas a conferir cuatro (4) horas a los PNI en la franja horaria “Todo Usuario”; y una (1) hora en el horario “Supervisado”.

De tal manera que los comunicadores sociales competimos con nuestros colegas locutores, certificados o no, profesionales de otras carreras, con o sin certificado de locución; y con personas naturales o jurídicas con registro de PNI para obtener un espacio en la parrilla de programación de cualquier emisora comercial; sin entrar en el ámbito de las concesiones de medios comunitarios e institucionales; que finalmente terminan operando, la mayor parte de las veces, como si fueran estaciones de radio comerciales, es decir, que también están en la misma carrera.

Aunado a esta realidad que roza sustancialmente el tema de la formación de quienes están ante y detrás de los micrófonos de la radio local, se suma la politización que han sufrido todos los temas de la vida nacional en los últimos años, y de lo cual no han escapado los medios de comunicación, y de lo que todos hemos sido o bien testigos o protagonistas: actores políticos “encadenados” nacional, regional o localmente, vencimiento de concesiones, no renovaciones, censura, auto-censura y censura previa, entre los más visibles.

Pero si sumamos a este escenario el tan subjetivo tema de la ética, la crisis en los medios se torna moral, y comprende el irrespeto que algunos comunicadores sociales, locutores o profesionales de cualquier área hacen del medio, prostituyendo el ejercicio de una labor tan apasionante como lo es la radiodifusión, desvirtuando los propósitos del oficio, rematándolo como mercancía a punto de vencerse, en una competencia desleal que impacta en la calidad de la programación, en el mercado de anunciantes y en la confianza de la audiencia.

Pero no todo es crisis

“En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”
Albert Einstein

He tenido que sortear todos los avatares que ya les he relatado someramente en mi exposición previa. Pero desde que entré por primera vez a una cabina de radio, confirmé mi pasión y desde entonces han pasado un poco más de diez años, y no he cesado en la búsqueda de oportunidades en medio de la crisis, para que la radio pueda seguir siendo mi modus vivendi.

La radio sigue siendo el medio más cercano a la gente, el que te acompaña mientras realizas en simultáneo otras actividades. Desde sus inicios, la fórmula de la buena radio no ha cambiado, para mí es básico: una persona dispuesta a hablarle al oído a otra e impactar positivamente en su vida con a un mago en los controles que en conjunto pueda definir y ajustarse al ritmo de una conversación masiva.

Hoy en día la radio coexiste con los medios tradicionales con los que ha convivido desde siempre, la prensa escrita, la publicidad exterior y la televisión, y además con los surgidos en el marco del desarrollo de las tecnologías de la comunicación y la información y el crecimiento, expansión y penetración de Internet: sitios y portales web, redes sociales, y canales online. Aún así, permanece vigente el principio de acompañamiento esencial en vehículos particulares y colectivos, oficinas e inclusive en dispositivos portátiles. La nueva forma de escuchar la radio es de hecho mediante aplicaciones online para computadoras y móviles, habiendo inclusive estaciones que son exclusivamente en línea, lo cual habla de la evolucionada necesidad de acompañamiento que satisface un buen programa de radio.

Pero el locutor, en Maracaibo, y quizá en la mayoría de las regiones de Venezuela, a excepción de Caracas, no es solamente un talento en el aire: sus funciones van más allá del micrófono, y abarcan el mercadeo de sí mismo y de su producto radiofónico, comercialización, cobranzas, relaciones públicas e interactividad, es decir, todo un profesional independiente, que necesita incorporar a su banco de conocimientos, información relacionada con las finanzas, impuestos, mercadeo, imagen personal y tecnologías de la comunicación, para lograr el éxito profesional en el campo de la radiodifusión.

Un comunicador social o cualquier profesional que desee hacer carrera en la radio:

* No busca un empleo, es un TALENTO
* No lleva un CV, presenta un DEMO
* No tiene sueldo, se enfoca en el MERCADEO
* No cobra prestaciones ni bono vacacional, PLANIFICA SUS FINANZAS
* No asiste a cócteles y eventos, construye RELACIONES
* Es un COMUNICADOR INTEGRAL

¡Y además, LEE MUCHO, va al cine, al teatro, a conciertos, compra discos y libros, INTERACTÚA CON LA GENTE DE SU ENTORNO REAL Y 2.0 y es un CIUDADANO COLABORADOR y SENSIBLE!

La especialización, la diferenciación y la autenticidad: el triángulo equilátero del éxito

En lo particular, yo creo en la especialización, en los atributos de diferenciación, y por sobre todas las cosas, en la autenticidad, como estrategias para tener éxito en un mercado tan diverso, de gustos tan disímiles, y con características tan sui generis como el de la radio maracaibera.

* La ESPECIALIZACIÓN es formarte, desarrollarte y hacerte bueno (o el mejor) en un área, en lugar de pretender abarcar todas las temáticas o posibilidades, y no destacar en ninguna.
* La DIFERENCIACIÓN comprende el o los atributos que te hacen distint@ del resto. Algunos son innatos, otros pueden estar potencialmente alojados en tu subconsciente, pero en cualquier caso amerita una tesonera búsqueda personal.

* La AUTENTICIDAD es ser tú mism@ más allá de las tendencias, y tener el ego bien colocado para sortear los avatares de los cambios, adaptando y adoptando solo aquello que sea cónsono con tu pensar y tu sentir.

No hay vacantes

La verdad es que cada vez que alguien me hace llegar un CV o me pregunta si hay puestos disponibles en la emisora donde trabajo, me doy cuenta de lo ajenos que están muchos profesionales recién egresados del mercado laboral en la radio local. Raramente hay vacantes en empleos fijos, y si las hay no contemplan los beneficios que tienen la mayoría de los empleos en otras áreas profesionales. No estoy diciendo que esto sea positivo, ni tampoco que es el deber ser, pero es la realidad.

En Maracaibo, si quieres hacer carrera en la radio, debes ser un emprendedor y estar dispuesto a ser el aspirante principal del “reality show” de un oficio que aún con sus bemoles puede darte las satisfacciones a las que aspiras, siempre y cuando lo asumas como una forma de vida y no como hobbie.

La primera y la última pregunta: ¿Qué consejo le daría a quienes se inician en el mundo de la radio?

Un solo verbo: ¡LEER!

“Solo aprendiendo y trabajando podremos salir de abajo, porque no conozco otra manera”
Renny Ottolina

Abstract de ponencia para el Simposio LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN TIEMPOS DE CRISIS (Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad del Zulia, Maracaibo, Octubre 2013)